Hace algunos días perdíamos en Alba un edificio, si no valioso artísticamente, al menos singular, a mi juicio, tanto por su apariencia, como por su función histórica, la CASA PARROQUIAL. Una vez más:
Ecclesia sempre reformanda. No voy a llorar esta perdida porque, a buen seguro era lo más rentable que se podía hacer actualmente con ese caserón, desde cualquier punto de vista. Sin embargo, no por ello voy a negar que con ese derribo, como pasa con otros, se pierde la oportunidad de contar con un pueblo más valioso desde el punto de vista artístico y urbanístico.
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